lunes, 29 de noviembre de 2010

Consciente vs Inconsciente

Existe una eterna batalla en el mundo de cada persona, esa batalla tiene varios nombres… cuando era más (aun más) joven, me refería a ella como “hacer lo que se quiere o hacer lo que se debe”, luego conociendo mas personas me di cuenta de que no era el único con ese dilema, y que de hecho es una de las principales razones por las que la mayoría de los adultos sufren. O bueno, quizás no la mayoría, es muy cierto que hay muchas personas que no se preocupan por esto. Analicemos los dos lados de la moneda.
Hacer lo que se debe: “esto es lo correcto”, dirían hipócritamente la mayoría de nuestros conocidos mientras se estremecen al recordar los más oscuros episodios de sus vidas e intentan disimular el cambio que se presenta en su fisonomía. Hacer lo que se debe es desde el punto de vista social lo mas indicado, una persona que hace lo que se debe es una persona que sigue los parámetros impuestos por su manada, es decir, aquel que en su niñez es buen estudiante, en su adolescencia es buen novio y buen hijo, en su juventud se gradúa con honores de una excelente y promisoria carrera, en su vida adulta es buen esposo y buen padre, buen vecino, es decir, es aquella persona que todo el mundo mira con admiración y eso se debe básicamente a que se ha preocupado por complacer a los demás siempre por encima de sus deseos, porque ha hecho lo que se debe.
Hacer lo que se quiere: esto es generalmente condenado por la sociedad y en muchos casos con justa razón, el que hace solo lo que quiere suele pasar por encima de las libertades de las demás personas, es el típico desadaptado social que solo piensa en su conveniencia y actúa de acuerdo a eso, es el vecino que escucha su música a todo volumen y argumenta que esta en su casa y por lo tanto puede hacer lo que le de la gana, es el que se pasa los semáforos en rojo, el que se cuela en las filas, el que se parquea mal, y en fin de ahí en adelante podríamos seguir citando mil y una conductas deplorables de nuestros queridos conciudadanos… y eso que somos la gente mas amable del mundo… jeje.
Esos son los dos extremos, pero la mayoría hemos pasado gran parte de nuestro tiempo siendo el punto intermedio, es decir… HIPOCRITAS! Y como es el hipócrita? Pues simplemente es el que hace lo que quiere pero cuando nadie lo ve y hace lo que debe cuando lo están viendo, así puede aparentar ante toda la sociedad ser una persona ejemplar y en su verdad ser tan o mas perverso que el mas culpable de los criminales. Eso es lo que da origen a esos pequeños infiernos que se viven en gran parte de los hogares, al cerrar la puerta hay una persona que se adueña de la situación, que posee la autoridad, que es omnipotente y omnisciente y contra la que no hay poder alguno que pueda emplearse. Y ese es simplemente el triste perdedor que fracasa en cada cosa que intenta emprender y luego para compensar su vacio se descarga con las únicas personas que no saben como o no se sienten capaces de hacerle frente y permiten su abuso… y para completar, cuando muere esta persona, toda la familia se reúne en el velorio a llorar porque era una gran persona y todos en silencio están pensando y casi se lo dicen con sus miradas… ¡es lo mejor que ha podido pasar!
Bueno, no pretendo ponerme trágico, aunque el párrafo anterior me recuerda una gran cantidad de situaciones en las que he tenido la oportunidad de ser co-protagonista... y no son dulces recuerdos.
Existe una posición ideal en esta batalla.
Hacer lo correcto, no porque sea lo que se debe hacer, sino porque es lo que se quiere hacer. El problema es que eso no se logra fácilmente, existen algunos afortunados que nacen con dicha virtud, pero la mayoría de los mortales tenemos que hacer un gran esfuerzo por ser personas correctas. Es sencillo hacer lo que uno quiere y luego engañar a todos haciéndoles creer que uno es el enviado de Dios, incluso hay personas que se especializan en ese arte, yo tengo un par de diplomados en esa área y no me enorgullece confesarlo. Todo esto no seria un problema e incluso, no estaría pensando en este tema tan complejo a las 12:05 de la noche si no representara un gran obstáculo en mi camino. El verdadero reto que debe superar una persona exitosa, no es la cantidad de dinero que debe conseguir, ni la cantidad de trabajo que debe hacer para conseguirlo, ni las personas que debe convencer de hacer lo que el desea, el verdadero reto es convertirse en la persona que se necesita ser para tener éxito. Claro, si estamos hablando de la clase de éxito que yo quiero, totalmente legal, ético y moral.
Quizás necesite ayuda con esto, de hecho la estoy buscando en este momento… tengo la certeza de que sigo el camino correcto, pero es en verdad demasiado empinado y en ocasiones doy algunos pasos atrás. Pero bueno, Nuevamente de pie, mirando al frente y un pie delante del otro… aunque sean pasos de bebe, estos también cuentan.
La batalla continua…

jueves, 25 de noviembre de 2010

Sueños

Jay tiene una vida común, nació en un país maravilloso, rodeado de gente maravillosa, con una familia tradicional que se reúne en las ocasiones especiales a hablar de cómo el mundo entero es una conspiración para sacar el dinero de sus bolsillos, se quejan de sus gobernantes, de su empresa de telefonía, de su empresa de servicios públicos y luego de los supermercados nuevos que han iniciado operaciones en su ciudad, se quejan de lo mal que esta su trabajo y de lo mal que se llevan con sus compañeros y jefes, hablan de la novela y del reality de mas alto rating en la actualidad y se enfrascan en airadas discusiones con respecto a por que uno de los miembros de dicho programa debería haber salido y otro no; luego se embriagan unos y se van a dormir otros y así transcurren los años y Jay crece, frente al televisor y con sus amigos de esquina que tienen familias que son la radiografía exacta de la suya propia. Llega el momento de que Jay elija su profesión y como toda su familia ha trabajado en el campo de la construcción o el comercio, el elije ser diferente y estudiar una promisoria carrera de universidad y en ese maravilloso mundo conoce mas gente que curiosamente viene de lugares de todo tipo y nivel socio económico, pero con familias en esencia similares a la suya, con los mismos valores y anti valores, con la misma programación mental de que son victimas de un sistema macabro que solo quiere aprovecharse de ellos porque son pobres. En medio de este resentimiento las mentes de Jay y todos sus compañeros se convierten en terreno fértil para que algunos manipuladores planten allí sus ideas revolucionarias y algunos de estos nuevos amigos de Jay tendrán el desafortunado destino de convertirse en extremistas y luchar ciegamente por causas perdidas y sin sentido, con ideas confusas puestas en su mente por alguien que obtiene su satisfacción de ver como estas personas se dejan manipular por sus discursos (que por cierto no son suyos sino extraídos de algún libro de un escritor extremista que probablemente también los robó en alguna ocasión de un borracho en un bar de mala muerte y del que nunca nadie escuchó ni siquiera su nombre) y obedecen sin pensar. Afortunadamente Jay conoce a más personas y se involucra en otras actividades que lo alejan del rebaño en el que comenzaba a militar. Jay se enamora, se casa, tiene hijos, al mismo tiempo que termina su carrera y afortunadamente consigue un empleo con muy pocos beneficios en donde alquila su cuerpo y mente a una corporación que lo posee durante toda una jornada de trabajo a cambio de un salario indigno y nuevamente Jay piensa que el sistema esta en contra suya, pero lo único que hace es lo que aprendió de sus padres, de sus compañeros y de sus profesores (que se hicieron profesores porque no encontraron en que ejercer su profesión): Quejarse! “Pero ni modo”, “que se le va a hacer”, “la necesidad tiene cara de perro” y “para que no nacimos ricos” son las frases con las que excusa su mediocridad e incapacidad de arriesgarse a tomar decisiones importantes en su vida para hacer que algo pase y dejar de esperar a que algo pase. “Esto se compone” piensa cada día al llegar a casa cansado a ver la novela, las noticias y por supuesto llegar al tope de su adrenalina con el reality de turno.
Un día Jay recorre con sus pies el trayecto que lleva de su casa al trabajo, el mismo sendero que recorre día a día, pasa por las calles solitarias y piensa en lo solitario de su propia existencia aun rodeado de personas, ve los locales vacios a su paso mientras el vacio dentro de su corazón crece mas y mas con cada paso, de la misma manera que ha crecido cada día desde el momento en que se registró su nacimiento y comenzó a alimentar su mente con la información que diariamente recolectó a través de sus maravillosos sentidos. Al tiempo que sus pies lo llevan al lugar donde se sentara a realizar sus labores como autómata durante un horario establecido, su mente recorre una conversación que tuvo con un amigo en el que este le dijo que alguien le había hablado de “sueños”, imagínate que cosa mas ridícula, “sueños” Ha… esa palabra no cabe en nuestro vocabulario de “necesidad con cara de perro”, “para que no fuimos ricos” y “esto se compone”, así que Jay simplemente se burlo de su amigo, pero éste dejó en el corazón de Jay el sinsabor de saber que si existe la posibilidad de hacer algo.
Jay recuerda su niñez, la época en que todo era sencillo y realmente soñaba y compara sus sueños con su realidad y una escalofriante sensación de fracaso se apodera de él, se siente atrapado, ha seguido las leyes durante toda su vida, ha sido bueno, ha ido a la iglesia, se casó y hasta es fiel a su pareja, manda sus hijos a la escuela y se asegura de que no falte el pan en la mesa, pasa su vida pagando cuentas de los créditos de vivienda, de la tarjeta de crédito que utiliza para salir de apuros (apuros que se presentan cada semana) y de vez en cuando saca su familia al parque mas cercano, es en resumen lo que la sociedad llamaría una buena persona… pero que hay mas allá? Existe acaso alguna satisfacción mayor que escuchar música mientras se gasta el dinero que no tiene (pero para eso esta la tarjeta) embriagándose con los amigos y recordando las anécdotas del pasado feliz cuando estudiaban o no tenían tantas responsabilidades. Existe algo mas que ver televisión en la cama todo el día Domingo viendo como agónica e irremediablemente el reloj sigue su curso y el día de descanso terminará.
Tal vez si Jay no hubiera perdido la capacidad de soñar, tal vez si Jay hubiera sido expuesto a una información diferente, tal vez si Jay se hubiera asociado con las personas correctas, tal vez si Jay hubiera tomado decisiones diferentes, tal vez, tal vez Jay viviría diferente, tal vez Jay no seria prisionero del circulo vicioso en el que pasa su día a día. Tal vez la vida tendría un sabor diferente, tal vez la vida seria tan dulce como se ve en la televisión.
Jay soy yo, Jay eres tu, Jay somos todos y muy probablemente tu vida se parezca en algún aspecto a la de Jay.
La razón por la que hay tantos problemas y todos parecen tan graves es porque hemos perdido la capacidad de soñar, cierra tus ojos por un momento y piensa: -Es esta la vida que quiero vivir?, -Es este el camino que quiero seguir?, -Cual es el final de la historia de Jay?, -Cual es el final de tu historia?
No quiero dejar la sensación de ser poco realista o loco, aunque probablemente lo sea, lo que quiero es que hagas una pausa en tu agitado camino y te proyectes hacia el futuro, analiza la sociedad en la que vives desde un punto de vista objetivo y piensa si estas siguiendo el camino correcto.
Y por ultimo en palabras de Chris Gardner “Un sueño sin un plan es solamente un sueño” define tus sueños y comprométete a lograrlos, pero asegúrate de que no sean tan pequeños que al lograrlos vuelvas a ser Jay.
Lohengrin Mesa Velez.
lohengrinmesa@gmail.com